sábado, 7 de junio de 2014

PEQUEÑA NOTA

Todos los días pienso en cosas que quisiera compartir, momentos, pensamientos, más allá de los síntomas hay todo un mundo que no desaparece. Supongo que para cada quien es diferente y enfrentamos las incomodidades que trae el día a día de diferente forma y a medida que el tiempo pasa los sentimientos hacia nuestro cuerpo y como lidiamos con él cambia.
Mi mayor dificultad dados los últimos acontecimientos, es lidiar con mi paz mental. Ya no se si estar más consiente de la enfermedad me ha hecho bien, siento que estoy más temerosa de las consecuencias, del dolor, de la incomodidad y me asusta porque hay una sensación de que mi vida depende de esto, la vida con mi familia, mi esposo, mis perros, las decisiones sobre que quiero hacer y la realidad de lo que puedo hacer. Que hacemos cuando sentimos tanto miedo?
Para actualizar los acontecimientos diré que me he sentido algo mejor, me comuniqué con mi doctor e hizo algunos ajustes a mis medicamentos pero la rutina es la misma.
Me pregunto si para todos los que vivimos una enfermedad incurable la rutina es la misma, si todos sienten como yo incertidumbre, si su vida gira en torno al hecho de que algo no funciona bien, si sus decisiones están sujetas a los síntomas de cada día. Cómo nos desprendemos de una realidad y dejamos que la vida sea vida simplemente? 


Quiero aprovechar para hacer un alto y agradecerle a mi esposo, mi Hermes, la paciencia y el amor que me da cada día. Se que no es fácil verme a veces abatida, enferma o triste. Su sonrisa, su cariño y su abrazo cada mañana son lo que más anhelo junto con las caritas peludas y las colas felices de mis tres peludos que son como mis hijos. Se que sacrificamos tantas cosas por mi panza... por mi miedo.. mis inseguridades. Agradezco tu paciencia, tu abrazo y tus palabras fuertes cuando son necesarias. Te amo.





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